Aquí comienza un libro que podría titularse Desde, porque todo lo que hace es trazar un punto de partida y un límite sobre el que todo se pliega[...] Con esta grandeza afirmativa comienza Hijo, el nuevo libro que Raúl Quinto, presentado por el también poeta Guillermo Morales Sillas, vino a desvelarnos la tarde del pasado miércoles en la Librería Bartleby, un libro en el que Quinto, como ya hiciese en Idioteca (El Gaviero ediciones, 2010) y Yosotros (Caballo de Troya, 2015) vuelve a la prosa, una prosa muy trabajada con grandes dosis de poesía. [...]Mi hijo nació cansado porque viene andando desde el principio de los tiempos.
Raúl Quinto y Guillermo Morales Sillas
Este libro, que inaugura la colección de prosa de la editorial La Bella Varsovia, comenta el autor que nace con la intención de explicar toda esa explosión que, como un Big Bang, provoca un universo de sentimientos en el mismo instante en el que su hijo ve la luz. Todo aquello que de normal no se puede explicar con palabras, Raúl Quinto consigue hacerlo, aunque el mismo autor considere que estos 31 textos que componen Hijo solo son una piedra lanzada que se aproxima a todo aquello que querría decir.
"Necesitamos la seguridad de que hay algo que nos permite andar sobre el vacío a sabiendas de que todo es un truco para seguir hacia delante"
Dentro del volumen, que en ocasiones toca un tono casi ensayístico gracias a un juego brillante de ideas, también encontramos reflexiones sobre la escritura y su ficción, el recuerdo formulado de la infancia, [La memoria es un quiste del lenguaje, (Fragmento 13)/ Historias que nos contamos para decirnos. Historias que creemos para creernos. Para crearnos, (Fragmento 23)], los planos dimensionales de la física cuántica y la capacidad de mentir del hombre para inventar una nueva realidad que creemos cierta [..] No creo en la literatura por eso los libros me escriben a mi, nos dice.
"La figura del padre es el afuera"
Otro de los aspectos abordados por el autor es la figura o el papel que el padre representa ante el vínculo creado entre la madre y el hijo desde el mismo momento de la concepción. El padre como espectador de la belleza, el padre al otro lado del parto, el padre al fin, que fue hijo y comprende en un segundo la verdad del universo. Construyo la imagen. La idea de que mi hijo me prolonga como yo prolongué a mis muertos y a la rotación milenaria de la tierra. Construyo esos fantasmas, pero sé que estoy fuera. Que soy otro. El espectador. El padre.
Lean pues a este padre que ha escrito este maravilloso Hijo, que no quiso ser libro, pero que sin duda lo es.
Jorge Ortiz Robla
Fotografía Cubierta: Miguel Vallinas
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